Todo lo que
sube tiene que bajar, todo lo que entra tiene que salir y lo que invitamos a
nuestras vidas tiene que esperar para entrar hasta que liberemos cualquier cosa
que ocupe actualmente ese espacio. No podemos ser felices hasta que liberemos
nuestra tristeza, no podemos tener abundancia hasta que liberemos nuestra
conciencia de pobreza, no podemos ser victoriosos hasta que decidamos que ya no
queremos seguir empoderados por nuestro estatus de víctima. Es una ley básica
de la física, dos objetos no pueden ocupar el mismo espacio al mismo
tiempo.
Si hacemos
esto de la forma correcta, es una puerta giratoria, donde lo que sale camina
lado a lado de lo que sea que esté entrando para reemplazarlo. Si no, entonces
nos sentimos como si estuviésemos esperando porque algo sucediera y eso puede
sentirse cómo una espera realmente larga.
Si ustedes
alguna vez han pasado a través de una puerta giratoria, poder pasar a través de
ella con éxito significa que ustedes tienen que seguir caminando. No pueden
quedarse quietos o la puerta los empujará, bloqueando el paso a las personas a
su alrededor. Y la puerta se sigue moviendo a medida que la gente entra y sale,
así que ustedes se verían un poco tontos de pie en uno de los compartimientos,
siendo empujados por la puerta. Pero ¿no hacemos eso cuando nos sentimos
temerosos, cansados, confundidos o sólo queremos darnos por vencidos? Entonces
la puerta sigue girando y nosotros tenemos que avanzar de todas formas, no con
mucha gracia o con mucha dignidad.
Es nuestro
deseo de cambiar lo que hace que la puerta giratoria se mueva pero a menudo
tratamos de atraer cosas a nuestra vida antes de crear un espacio para ellas.
Así tratamos de abrazar lo nuevo a la vez que seguimos aferrados a lo viejo. O
queremos dar entrada a lo nuevo, solamente para estar seguros de que está
entrando, y entonces tenemos que detenernos y decidir que es lo que va a salir
para que haya espacio para algo nuevo. Tenemos miedo de soltar lo que tenemos
antes de saber que algo lo está reemplazando, pero eso solo significa que no
estamos seguros que el proceso vaya a funcionar.
Entonces
tenemos la puerta giratoria atascada, en donde estamos en la puerta y nada se
está moviendo. Si eso les ha sucedido alguna vez, ustedes saben que están
verdaderamente atascados. La única forma de salir de la puerta es
moviéndola, los compartimientos solo
acceden a las salidas cuando están alineados apropiadamente. La cuestión a
preguntar si esto sucede es, “¿En dónde estoy fuera de alineación?” lo cual es
también uno de los siete aspectos de su presencia YO SOY expandida. Casi
siempre es un asunto de alineación, lo cual se requiere para que la intención
funcione, y debemos ser íntegros para que se manifieste el resultado, también
debemos permitir que la energía se mueva, conocernos como maestros y entender
la manifestación.
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