Ayuda a tus HIJOS a que sean RICOS
Tú eres el responsable directo del futuro de
tus hijos. De ti depende que cuando crezcan sean unas personas
solventes, con la capacidad de ganar el dinero suficiente no sólo para
“irla pasando” sino para ser ricos.
No el gobierno, ni las empresas, ni el clima de inseguridad. Los responsables del futuro de los hijos son sus padres.
Claro que hay sus excepciones, como por
ejemplo si el niño o los padres sufren de alguna enfermedad que los
ponga en gran desventaja para completar su desarrollo.
Para sobrevivir y prosperar en el mundo
actual se deben de tener las herramientas necesarias. La principal
herramienta que tus hijos necesitarán es el dinero. Con el dinero usado
como palanca, no habrá puerta que no puedan abrir, o sueño que no puedan
alcanzar.
Haz que tus hijos se aficionen a la LECTURA
Uno de los hábitos que la inmensa mayoría de
persona ricas poseen es leer todos los días para educarse a si mismos.
Con 30 minutos o más de lectura al día, se formará un hábito sano en tus
hijos. En varios sondeos se ha concluido que alrededor del 88 por
ciento de los millonarios tienen este hábito diario, mientras que el 98
por ciento de las personas por debajo de la línea de pobreza no.
La mamá de Tony Carlton vivió junto con sus
hijos en un barrio muy pobre de la ciudad de Chicago en los Estados
Unidos. Temerosa de que su hijo tuviera la misma vida miserable que ella
(mamá soltera viviendo de la beneficencia pública), la señora Carlton
lo obligó a leer todos los días para que se educara a si mismo. Para
asegurarse de ello, le obligó también a que escribiera un resumen diario
de lo que había leído en una hoja, para que ella lo leyera también.
Cada día, el niño le daba a su mamá la hoja
con el resumen para que lo leyera. Esto le dio al niño la confianza y el
conocimiento para, más adelante pelear y ganar becas con las que pudo
terminar una carrera universitaria en medicina y posteriormente
especializarse.
Hoy, el Dr. Carlton atribuye a la terquedad
de su mamá el ser un hombre rico y exitoso que además a aportado mucho
valor a su sociedad.
Haz que tus hijos se asocien con las personas adecuadas
Se dice que tú ganarás el promedio de las 4
personas con las que más te juntes. Quizás sea cierto, y es evidente que
si te relacionas y convives con gente culta y educada, entonces tú,
inconscientemente, tratarás de hablar y pensar como ellos. Pues es lo
mismo con tus hijos.
Si por esas cosas de la vida tú y tus hijos
están creciendo en un barrio pobre y lleno de pandillas que se juntan en
las esquinas, entonces es urgente que procures que se junte con otro
tipo de personas.
Después de que lo hayas aficionado a la lectura, procura inscribirlo en un club de lectores, o de ajedrez, etc.
Los padres que no controlan con quién se
relacionan sus hijos no están, en realidad, haciendo el trabajo que les
corresponde como padres. Como padre, tú necesitas asegurarte que tus
hijos estén relacionándose con individuos que son buenos ejemplos a
seguir.
La regla de 1 hora
Y hablando de mentores… ¿qué me dices de la
televisión? Si permites a tus hijos ver más de 1 hora diaria de
televisión o de videojuegos, estás permitiendo que personas
desconocidas moldeen su carácter y definan su futuro.
Las personas cuyos hijos crecieron y se
volvieron millonarios, rara vez les permitían estar más de una hora al
día frente al televisor. La frase “couch potatoe” se usa en los Estados
Unidos para señalar a alguien que pasa toda la tarde aplastado en el
sillón frente a la TV consumiendo alimentos chatarra. Por lo general se
trata de una persona muy gorda e inculta, con un trabajo de bajo nivel
en donde gana únicamente lo necesario para irla pasando. Pero dicho
comportamiento (que ya es vicio muy difícil de erradicar) no surgió
espontáneamente, de un día para otro. Es un comportamiento que los
padres alentaron o toleraron. No permitas que tus hijos caigan en el
hoyo de los “losers”.
Está en tus manos y en las de nadie más (ni
siquiera de sus maestros en la escuela) que tu hijo crezca con las
herramientas y la actitud adecuada para hacer frente a los muchos retos
de la vida, y que los supere con éxito. Si tu hijo se enoja porque lo
pones a leer (y te garantizo que si lo hace, será sólo el primer mes),
no cedas, recuerda que tú sabes mejor que él lo que le conviene.